Qué bueno que Chazelle finalmente pudo hacer su película después de un intento frustrado por no tener los fondos suficientes. Hizo un corto con el mismo título, lo llevó a Sundance y después sí consiguió el dinero. Menos mal. Con algunos sutiles cambios lo que logra Chazelle es una historia sencilla con los ingredientes necesarios que le suben el ritmo y tal como sucede en el jazz, no pierde el tono en ningún momento. Nunca.
Andrew (Miles Teller) es un joven que ingresa a un conservatorio en el que conocerá a Fletcher (J.K. Simmons) , un profesor que hará todo lo posible por descubrir su verdadero potencial. Nada lo detendrá. Simmons se ganó el Oscar 2015 como Mejor Actor de Reparto por esta interpretación. Fletcher, su personaje, es uno de esos que se aman y se odian casi al mismo tiempo. - ¿Lo admiro o lo rechazo? Esa pregunta taladra la cabeza a cada asistente del teatro durante toda la película... y después también.
J.K. Simmons ganó un Oscar por su actuación en esta película. |
Claro. Todos queremos ser Fletcher. Es mucho más interesante que ser Andrew. Fletcher es resuelto, inteligente, poderoso. Por supuesto que queremos ser Fletcher. Pero la verdad es que somos más Andrew que Fletcher. Lo genial de Whiplash es que somos los dos personajes. tenemos cosas del uno y del otro. ¿Qué está bien? ¿Qué está mal? Cada uno decide. Lo cierto es que ver Whiplash es una experiencia delirante, rítmica, rápida. Supremamente rápida.
El filme nos sumerge en jazz por un poco más de una hora. Un chapuzón que vale la pena, aunque de golpe no lo resistas, quieras sacar la cabeza y respirar de nuevo. Pero la película te hala, te quiere llevar a lo más profundo. Chazelle, que también fue el guionista nos empuja cada vez más. También quiere conocer nuestro verdadero potencial. Él es nuestro Fletcher y nosotros los asistentes somos Andrew. Sentados indefensos en una sala de cine. ¿Saldrás a correr? ¿Resistirás? ¿Cogerás el ritmo?
1, 2, 3, cua...
No hay comentarios.:
Publicar un comentario