viernes, enero 16, 2015

La rutina de un Millennial

Si está en Colombia, no ve canales nacionales privados (RCN o Caracol). Solo a veces, en los restaurantes donde almuerza entre semana, donde pareciera que vinieran predeterminados con el local o el menú, aunque en algunos sintonizan canales de cable (ESPN) o reproducen videos musicales. Sin embargo, prefiere ver su Smartphone. Esta es la rutina de un Millennial. 

La rutina de un Millennial

Su día comienza a las 5 de la mañana. El Smartphone está programado para hacer ruido con alguna melodía lo suficientemente fuerte para despertarlo, pero no tanto para asustarlo ni tan suave para que siga durmiendo. El televisor o la radio se prenderá de forma automática sintonizando algún canal para comenzar el día actualizado con lo que pasa en el mundo (no importa la temática). A las 6.30 a.m. el televisor o el radio está programado para apagarse. Chatea. Revisa Facebook. Revisa Twitter.

Sale de su casa. Sea en automóvil o en transporte público, lleva un MP3, iPod o Smartphone desde el que escucha su emisora favorita, el último álbum que descargó o compró por internet, o busca algo en Spotify o Deezer. Lo más probable es que en su recorrido cambie unas cuantas veces de artista, de emisora, o de estilo musical, mientras va revisando su Facebook, Instagram, Twitter y, al mismo tiempo, chateando con sus contactos de WhatsApp. Jugará Candy Crush un rato corto o hasta desesperar por no pasar de nivel.

Al notar que casi se pasa de estación por ir mirando el móvil, logra bajarse antes de que se cierre la puerta, no sin antes atropellar a algunas de las personas que van al lado que les ha pasado exactamente lo mismo. Cambia de artista. Chatea. Revisa Facebook. Revisa Twitter. Abre un link. Lo cierra. Revisa Instagram. Mira la calle. Pasa la cebra. Mira el Smartphone. Cambia de acera. Se devuelve. Cambia de artista. Llega a la oficina o universidad. Chatea.

Su día transcurrirá de la misma manera, solo que lo alternará con algunas actividades de distinta índole. Por ejemplo:  

Revisa Facebook. Revisa Twitter. Abre un link. Lo cierra. Revisa Instagram. Escribe un documento. Chatea.

Revisa Facebook. Revisa Twitter. Abre un link. Lo cierra. Revisa Instagram. Come un bocado. Chatea.

Revisa Facebook. Revisa Twitter. Abre un link. Lo cierra. Revisa Instagram. Toma agua. Chatea.

Revisa Facebook. Revisa Twitter. Abre un link. Lo cierra. Revisa Instagram. Hace una llamada. Chatea.

Revisa Facebook. Revisa Twitter. Abre un link. Lo cierra. Revisa Instagram. Mira al frente. Chatea.

Casi sin sentir cómo ha pasado el tiempo terminará su día. Cuando menos piense se da cuenta que debe devolverse una estación porque estaba intentando por décima vez pasar el nivel de Candy Crush y no lo había logrado. Llega a casa. Las cosas no cambiaránn mucho a partir de ese momento. Solo se hace evidente un cambio en alguna de las actividades.

Revisa Facebook. Revisa Twitter. Abre un link. Lo cierra. Revisa Instagram. Alista su comida. Chatea.

Revisa Facebook. Revisa Twitter. Abre un link. Lo cierra. Revisa Instagram. Toma agua. Chatea.

Revisa Facebook. Revisa Twitter. Abre un link. Lo cierra. Revisa Instagram. Hace una llamada. Chatea.

Revisa Facebook. Revisa Twitter. Abre un link. Lo cierra. Revisa Instagram. Mira al frente. Chatea.

Revisa Facebook. Revisa Twitter. Abre un link. Lo cierra. Revisa Instagram. Se recuesta. Chatea.

Revisa Facebook. Revisa Twitter. Abre un link. Lo cierra. Revisa Instagram. Duerme. Chatea. Duerme.

Esta es a grandes rasgos la rutina de un Millennial. 

¿Falta alguna actividad?


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