Por cosas de la vida conozco a Francisco Zornosa, que además de ser un gran amigo, es un gran director y realizador audiovisual. Hace poco uno de los programas que dirigió "Qué Inventa" recibió un reconocimiento en los premios TAL en Uruguay como la mejor producción educativa en Latinomérica.
Decidí entrevistarlo para hablar un poco de este reconocimiento y del programa en general.
Sin más antesala, les comparto la conversación que tuvimos a través de correo electrónico.
¿De dónde surge la idea de hacer un programa como Qué Inventa?
Señal Colombia quería un programa que hablara de cómo los grandes inventos de la humanidad nos cambiaron la vida a los colombianos. Temas con rigor académico pero tratados de manera divertida, con humor y un tono particular. Yo lo tomé como un reto personal: si vamos a hablar de creatividad tenemos que hacerlo de manera creativa. Así fue como nos reunimos unos cuantos desconocidos en la agencia Inmov (antes llamada Mejía) con ganas de hacer un programa que nos permitiera jugar audiovisualmente con la excusa de los inventos ¿qué nos inventamos? Un programa híbrido que toma muchos elementos del lenguaje web, de nuevas formas de narrar, del clip, la animación, los video blogs. ¡Y nos ganamos la convocatoria!
Nos pareció clave que además de hablar del impacto de los inventos pudiéramos encontrar cómo los colombianos los hemos adaptado, transformado y reinventado. Saber qué tan cierto es eso de que los colombianos no nos varamos con nada ¿será que somos tan ingeniosos como nos creemos? Además, ver cómo muchas veces esos inventos vuelven al mundo. Entonces la investigación se centró en encontrar inventos con gran impacto y que además tuvieran reinvenciones colombianas. También que nos parecieran divertidos de contar. Eso nos permitió definir los temas: el acordeón, el avión, la electricidad, la bicicleta, el café, la incubadora, el internet, los anticonceptivos. Y luego la serie le gustó tanto a Señal que nos pidieron más capítulos. Le agregamos: la pólvora, las prótesis, el acueducto y la pila.
En definitiva, un programa ingenioso que rinde homenaje al ingenio colombiano.
¿Cuál fue el desafío más grande para su realización?
El mayor reto fue construir un contenido con rigor en el contenido y que pudiera atrapar al espectador, divertirlo. Que el cuento quedara bien contado. Echamos mano de muchos recursos audiovisuales y el desafío era que no quedara como una colcha de retazos audiovisual sino que se pudiera encontrar un tono y un estilo propio mezclando muchos formatos: la base es documental pero se juega con la animación, el clip musical, el video blog. En el proceso fue clave encontrar a un presentador como Luis Fernando Velasco, que es publicista, antropólogo y actor. Un tipo que sabe un montón y es capaz de mamar gallo con las cosas más serias. Él le dio el toque final con su manera de interpretar el libreto.
Otro aspecto clave era construir un programa que se sintiera fresco e informal pero hacerlo con mucha calidad en la factura. Armamos un equipo con varios ñoños muy rigurosos con nuestro trabajo y a la vez que nos pudiéramos divertir mucho haciéndolo. Ahí fue importante el aporte de Rubén Fernández en la dirección de fotografía, él piensa cada plano.
Un ejercicio que me ayudaba a saber si íbamos por buen camino era mostrarles los programas a mis hijos pequeños en la edición. Los niños son jueces implacables, o les gusta y se emocionan o se van. ¿Qué inventa? no es un contenido infantil, pero si yo lograba que mis hijos se divirtieran viendo por ejemplo la historia de la incubadora y se emocionaran con los inventos, entonces la tarea estaba bien hecha.
¿Como director, cuál es el aprendizaje más valioso de la realización de este programa?
Lo primero es sentir que sí se puede innovar en formatos televisivos. El experimento finalmente funcionó. Y era un riesgo grande porque ya había tenido una experiencia con Caracol de un buen contenido experimental que no pegó en rating. Para ¿Qué inventa? yo incluí muchos de los aprendizajes que había tenido en programas anteriores, con la ventaja de que Señal Colombia supo ver el potencial y yo también ya había madurado algunas ideas.
Ya en un plano más personal, aprendí mucho del ingenio colombiano y he reflexionado sobre lo que es inventar, la creatividad y por qué teniendo tanta chispa estamos tan quedados como país.
Quiero referirme a un par de anécdotas que me enseñaron mucho.
Comenzando el rodaje nos adentramos en medio del Sinú cordobés para encontrar al inventor de la máquina vallenata, Aníbal Izquierdo. Allí encontramos a un hombre sencillo, sin formación académica, y genial en sus racionamientos. Fiel reflejo de ese colombiano que no se vara por nada. Él tocaba vallenato con un grupo de amigos y los invitaba a tomar ron, pero en algún momento ellos ya no acudieron más a sus invitaciones y él quería seguir tocando vallenato. Entonces, “por retaliación” como él mismo dice, inventó una máquina que tocara vallenato para no necesitar a sus amigos. Es un sistema de piñones y poleas que mezcla hasta ruedas de bicicleta para producir los sonidos de los instrumentos rítmicos del vallenato. Él toca el acordeón y canta acompañado por su conjunto-máquina. Cuando estábamos grabando empezaron a llegar niños y niños de las casas cercanas, de la escuela y de todos lados para contemplar al orgullo del pueblo en su interpretación. Yo me sentí en Macondo. Aníbal es un DaVinci costeño. Dice que para poder crear la máquina primero tuvo que descifrar el ADN de la música. Tiene un cuaderno arrugado, que no nos dejó grabar, con todas sus anotaciones para entender cada ritmo del vallenato y traducirlo a un patrón de piñones que le permitieran emular las diferentes interpretaciones de los instrumentos. Genio.
Así también tuvimos inventores con mucha formación y recursos como Juan Carlos Borrero que inventó un aerodesalinizador para garantizar el agua potable en la Guajira. Un caleño desparpajado que comparte conocimiento sin pudor. Es como un superhéroe millonario que utiliza sus superpoderes científicos para hacer un mundo mejor.
Perfiles muy variados pero todos con una idea fija: los inventos surgen de la necesidad. Y esa necesidad muchas veces no está en las universidades ni los entornos académicos. Los inventos más geniales surgen de esa observación particular del mundo cotidiano. Después vienen las teorías, las fórmulas, las patentes. El verdadero reto de Colombia es integrar esa genialidad cotidiana que abunda en las calles con el rigor científico que permita que el conocimiento trascienda y nos haga desarrollar como país.
Francisco Zornosa y parte del equipo de producción del programa Qué Inventa |
¿Qué se quedó por fuera y no cupo en los capítulos?
Uf un montón de cosas. Digamos que en general tratamos de meter todos los personajes y todas las historias pero tocó resumir mucho para que cupiera en el formato de 24 minutos por capítulo. Creo que hay personajes de los que se puede hacer un documental completo.
Una cosa que me dolió no haber podido grabar fue el funcionamiento del aerodesalinizador en la Guajira para el capítulo de acueducto. Yo estaba muy cerca de la zona pero la logística desde Bogotá falló y nunca pude conocer esas rancherías donde han logrado tener agua potable por cuenta de un invento magnífico. En el programa tocó usar imágenes de archivo que nos pasó el inventor y la historia se pudo contar, pero uno sabe que eso no es lo mismo.
También quedó por fuera mucha espontaneidad, que por la complejidad de los permisos y realeases con la gente es muy difícil sacar al aire en un canal como Señal Colombia. Por ejemplo, cuando el inventor de la máquina vallenata, que mencioné mas arriba, empezó a tocar llegaron muchos niños. Era imposible conseguir las autorizaciones firmadas de todos los papás de esos niños, así que esa magia que vivimos nunca pudo salir en pantalla tal cual.
¿Qué significa para usted el Premio que recibió el programa en Uruguay?
El premio TAL es un reconocimiento muy importante para el canal y sobre todo para un equipo de trabajo y para un contenido arriesgado. Ser la mejor producción educativa de América Latina nos hace sentir muy orgullosos. En un continente que lo que más necesita es educación, hacer un contenido de televisión divertido sobre temas académicos y científicos que tenga reconocimiento es muy gratificante. Creo que alienta a seguir desarrollando contenidos novedosos.
Para mí, como director, es el primer premio importante. Eso me emociona mucho. Muchos de los contenidos que hago son un híbrido de formatos y eso hace que sea muy difícil que encajen en las categorías tradicionales de los premios del sector audiovisual, entonces casi que estaba resignado a trabajar sin esperar un premio. Este premio TAL fue una sorpresa que recibo con mucho orgullo.
¿Qué sigue para usted después de ¿Qué Inventa? o en qué está trabajando?
Ahora estoy haciendo otra serie documental para Señal Colombia que se llama Expediente Ingrediente. Después de desarrollar ¿Qué Inventa? nos invitaron a hacer este contenido al que el canal le viene trabajando hace un tiempo. Es un programa sobre todas las historias detrás de la comida que comemos, seguimos el recorrido de la tierra a la muela para tratar de entender los costos que hay en medio ambiente, salud, ética, etc. para que sea posible que un alimento llegue a nuestra boca. Es un programa que busca generar consciencia sin tomar partido, mostrando las diferentes caras de la moneda y buscando alternativas. También tiene un componente de humor y mucha influencia de los formatos web. Siento que el estilo tiene nuestra fierma. Ha sido bien chévere de hemos tenido algunas personas del equipo base de ¿Qué Inventa? (En realidad yo quisiera conservar más estable el equipo de trabajo pero como esto funciona por proyecto a la gente le salen más cosas y toca construir nuevo equipo cada vez). La idea es que se estrenará en octubre de 2018 y promete polémica.
¿Cómo se puede ver el programa y quién lo debería ver?
¿Qué Inventa? se puede ver en RTVC play que es la plataforma digital donde están muchos contenidos de Señal Colombia. Ahí están los primeros 8 capítulos. Los nuevos 4 capítulos acaban de salir al aire en el canal y no sé cuando los vayan a subir a la plataforma.
Yo creo que es un contenido que todo el mundo debería ver. Para verse como colombiano, para cuestionarse sobre su ingenio, para aprender de ciencia pasándola bueno. Es especialmente pertinente para colegios y universidades, creo que puede detonar discusiones interesantes y sirve de abrebocas para entrar en temas más gruesos por ejemplo de física u otras ciencias.
Por último, un mensaje para los estudiantes universitarios de realización (o los que no lo son) sobre la televisión nacional y pública.
Esto se aprende haciendo. Es un oficio, que algunos vivimos como un arte, una forma de vida y de desarrollo personal, pero es un simple oficio; como ser carpintero. Hay que manejar las herramientas para darle a la madera la forma que queremos, hay que martillar así se machuque un dedo en el aprendizaje. El conocimiento cada vez está más cerca de todos, ese ya no es el problema, los tutoriales sobre audiovisual abundan en youtube y casi que cualquiera podría aprender a realizar por internet, pero no cualquiera puede ser bueno. Ahí viene lo clave: el criterio. ¿qué es realmente lo que pretendes hacer con una cámara? Hay que ser honesto con uno mismo, responderse a conciencia y eso da el criterio para trazar el propio camino de aprendizaje. Ninguna universidad te va a volver un genio, no esperes que te den el conocimiento. Persigue lo que a ti te interesa.
Los espacios para trabajar son pocos pero en Colombia tenemos una televisión pública en un buen momento en términos de calidad y reconocimiento internacional. Y tenemos un ovimiento muy importante de televisión hecha en Colombia para muchos lugares del mundo, digamos que también somos una maquila. Y es importante engancharse a trabajar, así sea de obrero audiovisual, y aprender el oficio en el paso a paso. Creo que a las nuevas generaciones les falta humildad y respeto hacia la experiencia. A mí también me pasó. Y creo que la magia está en conservar el espíritu joven, las ideas creativas de los años de estudio con la experiencia, madurez y nuevos aprendizajes que dan los años. Este, por fortuna, es un oficio que podemos hacer hasta que seamos unos ancianos, y cada vez habrá más para inventar.
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