Escoger un actor español (Óscar Jaenada) para interpretar a uno de los ídolos mexicanos de la comedia por excelencia no fue, en principio, una decisión aceptada por los nacionales. Por el contrario, fue cuestionada y puso sobre el tapete el éxito o fracaso de la película.
Con este antecedente, sin embargo, Jaenada demostró y ¡de qué manera! que su interpretación no solo resultó siendo muy acertada, sino que hasta al mismo hijo de Cantinflas le sacó lágrimas de los ojos durante el rodaje al evocar tan bien a su padre. Jaenada logra una representación tan fiel a lo que fue Mario Moreno, que por momentos siente uno que está viendo a Cantinflas haciendo su propia película.
La cinta cuenta la historia del inicio de Moreno en pequeños teatros durante la fuerte movida artística en el México de los años 30, y luego su ascenso hasta Hollywood haciendo parte de la película La Vuelta al Mundo en 80 días, de Michael Todd.
El relato es simple y ameno. La curiosidad de conocer un poco más del Cantinflas fuera de la pantalla se satisface. El filme cumple con mostrar un retrato de la génesis del personaje de Cantinflas y da unos brochazos sobre sus dramas personales y sus sufrimientos como persona.
Lo bueno de la película también es que abre la puerta para que todos aquellos que no alcanzaron a ver sus películas, se den una pasada por YouTube o por tiendas especializadas a conocer un poco más lo grande que fue este artista mexicano y el aporte que le hizo a la comedia y el arte en general en Latinoamérica.
No en vano Charles Chaplin dijo en algún momento que era "el hombre más gracioso del planeta".
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