sábado, febrero 22, 2014

Reseña - El Lobo de Wall Street

La película de Martin Scorsese sería un éxito si estuviéramos en los 90. Es una historia de excesos sin más. ¿Ganará El Lobo de Wall Street el Oscar 2014? Aquí las razones por las que no debería obtener el reconocimiento de la Academia.


Traseros, droga y dinero. Esos son los 3 elementos presentes durante todo el filme. La película que retrata la vida de Jordan Belfort, ex broker y ¿actual conferencista? es un paseo por los excesos innecesario. Pero ¿por qué?


Scorsese ha vivido sumergido en las historias de excesos (Buenos Muchachos, Casino, Los Infiltrados, etc), pero con el Lobo de Wall Street satura a la audiencia con todo lo posible: fotografía intensa, vocabulario excesivo y escenas largas, innecesarias y mal justificadas.

La película es la historia del ascenso y caída de un hombre que encuentra su destino en las comisionistas de bolsa, pero tras una crisis de Wall Street se le aparece la oportunidad de su vida: negociar acciones por centavos. Así en muy corto tiempo y con la compañía de su socio Donnie Azoff (Jonah Hill) crean una firma con la que se hacen millonarios hasta que su imperio es destruido por un investigador del FBI (Kyle Chandler).

El largometraje que alcanza las 3 horas de duración está repleto de desnudos, fiestas, cocaína y prostitutas. Esto queda claro en los primeros 15 minutos con la breve y mediocre actuación de Matthew McCounaughey, personificando a Mark Hanna, quien le muestra en unas cuantas frases de qué se trata el mundo de Wall Street y qué va a ver el espectador mientras esté sentado viendo la película, mientras aspira unos cuantos pases de cocaína.

Pero si la cocaína se roba algunas escenas, la reina de la fiesta es la metacualona, una droga que se convierte en la adicción no solo de Belfort (Di Caprio), sino del mismo Scorsese. Podría incluso llevarse un premio como "actriz" de reparto.

El filme trata de trasladar episodios de la vida de Belfort  y pierde efectividad incluyendo escenas gratuitas y que le restan ritmo al relato: 180 minutos fueron muchos para mostrar lo mismo durante secuencias y secuencias.

De resaltar eso sí la actuación de Jonah Hill que con apenas 30 años se consagra con el papel de Azoff. Di Caprio por su parte hace lo mismo que ha venido haciendo hace algunos años: basar su personaje en el engaño, en la apariencia. El chico de Titanic tendrá que renovarse si no quiere caer pronto en el olvido. Eso... o seguir trabajando con Scorsese.


PS. Ni hablar de la famélica actuación del hijo de Dustin Hoffman interpretando al diseñador de zapatos Steve Madden.

Sus comentarios son bienvenidos. ¿Les gustó el Lobo de Wall Street?

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