Hace casi dos meses que no escribía en el blog, pero llegó la hora de regresar. Realmente en esta labor hay que ser “periódicos”, de lo contrario, se puede fallecer fácilmente. Así que para que valga la pena el regreso, traigo a colación la recién estrenada película “Perfume, historia de un asesino”, basada en el best-seller El Perfume, de Patrick Süskind.
Poner en la pantalla grande un libro siempre será una tarea de titanes. Si bien Tom Tykwer hace una versión respetable de la obra, hay varios elementos que hay que mencionar:
- La introducción del fascinante personaje Jean-Baptiste Grenouille, interpretado por Ben Wishaw, de tan solo 26 años, se torna demasiado fantasiosa. A pesar de que el personaje de por sí es de la ficción, su presentación inicial es poco creíble, sobre todo aquella escena en que se tira al suelo, cierra los ojos y comienza a identificar los olores.
- La ambientación de la película es adecuada. La sensación que se tenía al leer al libro es representada con fidelidad por Tykwer al confirmar nuestras sospechas sobre esa suciedad, pesadez y tumultuosa París.
- Los 150 minutos de filme se sienten bastante en algunos fragmentos y la elección de la narración deja perder detalles importantes de la historia, para dar pasos a otros que se salen de contexto y ridiculizan la historia. Sí. Me refiero a esa escena…esa que usted está pensando y que deja a más de uno con ganas de levantarse del asiento.
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